Si algo positivo hemos sacado de la Crisis del Covid-19, es que nos ha puesto a todos del revés y nos ha obligado a hacer una más que necesaria introspección en muchísimos aspectos. La forma de trabajar y de organizarnos profesionalmente hablando, es sin duda una de las asignaturas pendientes en nuestro país, en el que entendemos el impacto de la transformación en nuestro rol como clientes o usuarios super empoderados e hiperconectados, pero no llevamos esta transformación a nuestro rol como trabajadores.
Si observamos a nuestros hijos o a perfiles más jóvenes, nos daremos cuenta de que tienen un comportamiento totalmente novedoso y disruptivo en su rol en nuestra sociedad, que a ninguna empresa debe pasar inadvertido: trabajan de forma mucho más flexible, se centran en roles y proyectos y no tanto en jerarquías, y le sacan todo el jugo que pueden a la tecnología.
¿Y si llevamos estas nuevas pautas de comportamiento a otro nivel, en nuestro día a día profesional? Podríamos hacerlo poniendo el foco en los siguientes vectores de cambio:
El trabajador es nuestro cliente, y también el mejor embajador de nuestra marca.
Somos más que conscientes de la importancia de la experiencia de cliente, pero conocemos muy poco sobre la experiencia del empleado, y su importancia.
La experiencia del empleado engloba todo aquello que tiene que ver con la vida del trabajador en su relación con la empresa: desde qué conocen de la empresa hasta cómo la perciben, sus primeros pasos, ó cómo crecen y se desarrollan internamente.
Modelos más horizontales.
Desde hace tiempo vienen apareciendo organizaciones más horizontales, más flexibles, en definitiva más productivas, con el principal objetivo de acabar con los silos, las jerarquías que ralentizan la toma de decisiones y la nula o poca efectiva comunicación. Un ejemplo lo tenemos en el modelo organizativo llamado Holocracia, en el que la autoridad y toma de decisiones se distribuyen de forma horizontal.
Si has llegado hasta aquí, seguramente es porque has decidido ponerte manos a la obra y comenzar a implantar un más que necesario cambio en el adn de tu empresa. Te compartimos a continuación los cinco elementos claves para lograrlo:
1. Teletrabajo. La compañía de programación de contenidos en redes sociales BufferApp, construyó su empresa sin una oficina física al no poder hacer frente a los costes fijos que suponía disponer de un lugar de trabajo. Precisamente esta empresa se ha convertido en una de las mejores herramientas de gestión de redes sociales del mundo digital, trabajando a distancia.
Como BufferApp, cada vez son más las empresas que buscan un plan b para hacer frente a los costes derivados de la oficina tradicional, encontrando en el coworking la alternativa idónea.
Filosofía “Bring your own device”, trae tu propio dispositivo.
En EEUU es muy común esta iniciativa de utilizar los propios dispositivos personales para trabajar. Todos tenemos un móvil, casi todos una tablet, y muchos un portátil propio. La experiencia del empleado no debe estar centrada en la tecnología que ofrece la empresa, sino en las herramientas que utilizamos. Al trabajar en la nube se gana flexibilidad, rapidez y sobre todo accesibilidad.
2. Nuevos modelos de evaluación continua: Las empresas comienzan a implantar nuevos modelos de evaluación continua, inspirados en los modelos ágiles, que tanto éxito han reportado a súper empresas como Google, Netflix o Twitter.
3. Reconocimiento continuo: El reconocimiento es una herramienta muy potente para generar cultura, identificar, fidelizar y atraer talento a tu empresa.
4. Escucha constante. ¿Conoces de verdad a tu equipo? Es básico realizar un trabajo real de escucha y observación, si queremos conocer a las personas con las que trabajamos, y tomar las decisiones correctas para dar respuesta a sus necesidades.
5. Herramientas como “People Analytics” nos ayudan a construir una verdadera analítica de las personas que forman parte del adn de nuestra empresa.
Si quieres información de nuestros espacios nos puedes enviar un mail a hola@coworkingesplugues.com.
